LA PRIMERA
PROCLAMACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS
20 DE JUNIO DE 1676:
El 20 de junio de 1676, el consejo de gobierno de
Charlestown, Massachusetts, celebró una reunión para determinar la mejor manera
de expresar gracias por la buena bendiciones que habían visto en su comunidad
establecida de manera segura. Por votación unánime, instruyeron a Edward
Rawson, el secretario, a proclamar el 29 de Junio de 1676 como un Día de Acción
de Gracias, nuestra primera proclamación pública. Esa proclamación se
reproduce aquí en el mismo idioma y ortografía que el original.
"El Dios santo, por una larga y continua serie de
sus dispensaciones aflictivas en y por la presente guerra con los nativos
paganos de esta tierra, ha escrito y llevado a cabo cosas amargas contra su
propio pueblo del Pacto en este desierto, sin embargo, evidentemente para que discernamos
que en medio de sus juicios se ha acordado de su misericordia para con nosotros,
recordando su estrado en el día de su doloroso desagrado contra nosotros por
nuestros pecados, con muchas de sus acciones intimas particulares de su
compasión paternal, y consideración, ha preservando muchos de nuestros pueblos
de la desolación amenazadora e intenciones de el enemigo, y nos ha dado
especialmente últimamente con muchos de nuestros soldados confederados, muchas
señales a nuestro favor contra ellos [enemigos], sin tanta desventaja para
nosotros como antes hemos sido testigos de ello; si fue por la misericordia del
Señor que no hemos sido consumidos, ciertamente eso expresa nuestro
agradecimiento positivo: cuando nuestros enemigos están decepcionados o
destruidos en cualquier forma; y temiendo que el Señor nos muestre su voluntad de
su futura misericordia, seríamos como un pueblo insensible si no estamos frente
a Él con Acciones de Gracias, así también el poner nuestras cargas sobre El
con nuestras quejas en el tiempo de aflicciones:
Por lo tanto, el Consejo ha pensado reunirse para
designar y apartar el día 29 de este de Junio, como un “día de Acción de
Gracias solemne y de alabanza a Dios por su bondad y favor,” y muchos detalles
de los cuales se podría dar ejemplos de su misericordia, pero no dudamos de
quienes son conscientes de las aflicciones de Dios, los cuales han sido tan
diligentes para buscarle que regrese a nosotros; para que el Señor pueda
contemplarnos como un pueblo que ofrece alabanza y, por lo tanto, que lo
glorifica; el Consejo encomienda a los respectivos ministros, ancianos y
personas de esta jurisdicción; Solemne y seriamente el mantener la misma
suplicación para ser persuadidos por las misericordias de Dios, y a todos, incluso
toda esta gente, a ofrecer nuestros cuerpos y sacrificios como un Servicio vivo
y aceptable a Dios por Jesucristo.”
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