LA VERDAD

Este sitio es acerca la teología reformada tal como fue enseñada por los grandes e influyentes reformadores del siglo 16. El trabajo de ellos cambió la forma de ver el Cristianismo en términos de teología y liturgia. Fueron ellos que viendo la corrupción en la existente iglesia Católica desearon reformarla de acuerdo a Escritura, trayendo consigo la mas grande revolución religiosa y social que la historia de la iglesia haya sido testigo. Su legado sigue hoy en este siglo, y su influencia cambió Europa y dio nacimiento a los Estados Unidos de América.

domingo, enero 01, 2017

"PRINCIPIO REGULATIVO DE ADORACION" según CALVINO



El Ginebrino Juan Calvino (1509-1564) contemporáneo de Lutero aunque erá de este su menor, tenía un compromiso en hacer de la liturgia Cristiana uno que este de acuerdo a los preceptos de Dios según las Escrituras. Asi es que en su libro "La Necesidad de Reformar la Iglesia" (1543) Calvino delinea lo que es considerado el fundamento de lo que se conoce dentro del Presbiterianismo Reformado como el "Principio Regulativo de Adoración". Leamos:

"Veamos ahora lo que se entiende por la debida adoración de Dios. Su principal fundamento es reconocer que Él es como Él es, la única fuente de toda virtud, justicia, santidad, sabiduría, verdad, poder, bondad, misericordia, vida y salvación; De acuerdo con esto, atribuirle y rendirle la gloria de todo lo bueno, buscar todas las cosas en él solamente, y en todas las necesidades se tiene que recurrir a él solo. 

De ahí surge la oración, por lo tanto, la alabanza y la acción de gracias - estas son atestiguaciones de la gloria que le atribuimos. 

Esta es la verdadera santificación de Su nombre que El requiere de nosotros por encima de todas las cosas. 

A esto se une la adoración unánime, por la cual manifestamos para Él la reverencia debida a su grandeza y excelencia, ya esto las ceremonias son subsirvientes, como ayuda o instrumentos, para que en el cumplimiento del culto divino el cuerpo pueda ejercitarse en al mismo tiempo con el alma. 

Después de esto viene la auto-humillación, cuando, renunciando al mundo ya la carne, somos transformados en la renovación de nuestra mente, y viviendo no más para nosotros mismos, someternos a ser gobernados y trabajados por Él. 

Por medio de esta auto-humillación somos entrenados a la obediencia y la devoción a su voluntad, para que su temor reine en nuestros corazones, y regula todas las acciones de nuestras vidas.

Que en estas cosas consiste la verdadera y sincera adoración que solo Dios aprueba, y en la que solo Él se deleita, la cual es enseñada por el Espíritu Santo a través de las Escrituras y es también, antecedente de la discusión, el obvio dictado de la piedad.

Ni desde el principio hubo otro método de adorar a Dios, con la única diferencia de que esta verdad espiritual, que con nosotros es desnuda y simple, estaba bajo la antigua dispensación envuelta en figuras. Y este es el significado de las palabras de nuestro Salvador: "La hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad" (Juan 4:23).

Porque con estas palabras él quiso no declarar que Dios no fue adorado por los padres de esta manera espiritual, sino sólo para señalar una distinción en la forma externa, a saber, que mientras tenían el Espíritu ensombrecido por muchas figuras, nosotros lo tenemos en la simplicidad. Pero siempre ha sido un punto reconocido, que Dios, que es un Espíritu, debe ser adorado en espíritu y en verdad.

Por otra parte, la regla que distingue entre el culto puro y viciado es de aplicación universal, para que no podamos adoptar ningún dispositivo que nos parezca conveniente, sino mirar el mandato de aquel que solo tiene derecho a prescribir. Por lo tanto, si queremos que Él apruebe nuestra adoración, esta regla, que él hace cumplir en todas partes con el mayor rigor, debe ser cuidadosamente observada. 

Porque hay una doble razón por la cual el Señor, al condenar y prohibir toda adoración ficticia, requiere que obedezcamos solamente a su propia voz. Primero, tiende a establecer Su autoridad para que no sigamos nuestros propios placeres sino que dependemos enteramente de su soberanía; Y, en segundo lugar, tal es nuestra locura, que cuando tenemos libertad, todo lo que podemos hacer es ir por mal camino. Y entonces, una vez que nos hemos desviado del camino correcto, no hay fin a nuestras peregrinaciones, hasta que somos enterrados bajo una multitud de supersticiones. 

Por lo tanto, el Señor, con el fin de afirmar su pleno derecho de dominio, ordena estrictamente lo que él desea que hagamos y rechaza de inmediato todos los artificios humanos que están en desacuerdo con su mandato. Justamente, él mismo, en términos expresos, define nuestros límites, para que no, al fabricar modos perversos de culto, provoque su ira contra nosotros.

Sé lo difícil que es persuadir al mundo de que Dios desaprueba todos los modos de adoración no expresamente sancionados por Su Palabra. 

La persuasión opuesta que se adhiere a ellos, sentada, por así decir, en sus huesos y médula, es que todo lo que hagan tiene en sí una sanción suficiente, siempre que exhiba cierta celo por el honor de Dios. Pero puesto que Dios no sólo considera infructuosos, sino también manifiestamente abominación, lo que nos comprometemos desde el celo a Su adoración, si está en desacuerdo con Su mandato, ¿qué ganamos por el camino contrario? Las palabras de Dios son claras y distintas,

"La obediencia es mejor que el sacrificio." "En vano me adoran, enseñando doctrinas de los mandamientos de los hombres" (1 Samuel 15:22, Mateo 15: 9)."

Cada adición a Su palabra, especialmente en este asunto, es una mentira. "Adorarción voluntaria" ἐθελοθρησκία, y es vanidad. Esta es la decisión, y una vez que el juez ha decidido, ya no es tiempo de debatir."

COMENTARIO

Esto es el distintivo del Presbiterianismo Reformado que se diferencia de otras tradiciones Cristianas ya sean reformadas o independientes. Aunque otros grupos no Reformados también lo entienden así. Creo que es importante que los nuevos grupos evangélicos e independientes aprendan del "principio regulativo de adoración," de sus premisas bíblicas y su aplicación, mucho se beneficiarian.