En realidad el catolicismo español poseía todas las armas a su servicio para combatir al protestantismo y las usó sin miramientos ni prevenciones. Usó el terror donde quiso y cuanto pudo, con leyes y sin leyes, sintiéndose la Iglesia de Roma poseedora de la verdad aunque fuesen, muchas de sus manifestaciones religiosas y su teología, supersticiones sin fundamento cristiano alguno. Véase el poder político y social que rezuma el artículo 12 de la Constitución liberal de 1812: “La religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera. La Nación la protege por leyes sabias y justas, y prohíbe el ejercicio de cualquiera otra”.
SIGA LEYENDO ABAJO
Propaganda católica antiprotestante del s. XIX: La osadía de otorgarse todos los derechos y usar a la Nación española como rehén protector de sus privilegios, no era nuevo para la iglesia católica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario