LA VERDAD

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viernes, mayo 20, 2022

ROMA: EL INFIERNO DE LOS ANIMALES

 


INTRODUCCION

Si los animales de los tres primeros siglos regresaran a la vida y pudieran hablar expresarían su profundo odio y desprecio a los romanos sin dudarlo.

El apóstol Pablo que observó la forma que los romanos trataban a los animales escribió a la iglesia en Roma “Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de aquel que la sometió, en la esperanza de que la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora” (Rom. 8:20-22). 

Sin duda el elemento escatológico incluye a los animales en la redención cósmica. Pablo sabia de la crueldad con que los romanos sometían sobre las bestias exóticas que traían de lugares tan alejados como el África y el este de Asia y de otros lugares. Los animales según la doctrina cristiana no están al margen de la redención final cósmica. Pablo mismo dice que la naturaleza será libertada (eleuzeruzesetai=liberar o hacer libre de la esclavitud de la podredumbre asquerosa y despreciable del pecado) a la gloria de los hijos de Dios. Mas adelante Pablo dice que TODA la creación (animales) en conjunto sufre y grita de dolor hasta el día de su liberación. Roma era el contexto de la teología de Pablo.

ROMA Y LOS ANIMALES EXOTICOS

El Imperio Romano se extendía desde Inglaterra hasta el norte de África y el Medio Oriente. A medida que el comercio entre estas regiones se hizo más común, también lo hizo el intercambio de animales exóticos. Los romanos estuvieron expuestos a elefantes, avestruces, tigres y leones y otras especies desde el siglo I AD. En el próximo milenio, a estos se les unieron hipopótamos, rinocerontes, camellos y jirafas, y otras especies que nunca hemos conocido pues fueron literalmente exterminados por órdenes de los emperadores. Se usaban animales exóticos en desfiles, se los entrenaba para realizar trucos y se les obligaba a pelear hasta matar y morir sin una razón justificable, solo para satisfacer los caprichos de una sociedad enferma mentalmente. Roma era literalmente un infierno para todo tipo de animal.

EL CIRCO ROMANO = Circus Maximus

Circus Maximus fue el estadio de carros más grande de la antigua Roma. El estadio de 600 metros de largo estaba ubicado entre el Palatino y el Aventino y podía albergar hasta 150.000 espectadores. La primera construcción del Circo Máximo se remonta al siglo VI a. C., después de lo cual varios emperadores ampliaron o reconstruyeron el estadio después de grandes incendios.

Su función principal era la de pista de carreras de carros y sede de los Juegos Romanos (Ludi Romani) que honraban a Júpiter. Eran los juegos más antiguos de la ciudad y se celebraban cada mes de septiembre con 15 días de carreras de carros y procesiones militares. Además, Roma tuvo muchos otros juegos y hasta 20 de estos tuvieron un día o más en el Circo Máximo. Otros eventos organizados en el sitio incluyeron cacerías de animales salvajes, ejecuciones públicas y peleas de gladiadores, algunas de las cuales fueron extremadamente crueles que desafían toda norma de ética, como cuando Pompeyo organizó una competencia entre un grupo de gladiadores bárbaros y 20 elefantes lo cual fue uno de los eventos más grotescos y horrendos de observar.

Siendo la estructura del Circus Maximus más grande en tamaño y capacidad que el Coliseo Romano, la gente podía ver más animales salvajes siendo peleando, matando a criminales y criminales, y masacrados por brutos gladiadores cuyo propósito era solo matar.

Orto circo famoso fue el Circus Flaminius conocido por sus espectáculos acuáticos. En siglo 2 AC el emperador Augusto lleno el circo de agua y puso más de 30 cocodrilos en donde el espectáculo consistía en la masacre de todos ellos por gladiadores y gente condenada a la muerte, el espectáculo grotesco hipnotizo a los espectadores que muchos entraron a un estado de trance e histeria colectiva al ver toda el agua contaminada de la sangre de los cocodrilos y la de los hombres.

LA LOCURA EN ACCION

Pero el espectáculo grotesco de masacres de animales salvajes y exóticos no se limitaba a los circos. Dentro del Coliseo, las peleas de animales era también parte importante de todo el entretenimiento del imperio, y se presentaban en dos variedades: damnatio ad bestias, en las que devoraban a criminales convictos como una forma de castigo; y venationes, en las que gladiadores totalmente armados luchaban contra otros animales u otros gladiadores armados hasta matarlos cruelmente. Era una verdadera orgia de sangre y violencia.

Sin embargo, nada podía igualar a los venationes, el espectáculo era altamente cruel que supera toda lógica y rompe toda sensibilidad humana, eran literalmente increíblemente sanguinarios, incluso para los estándares éticos de los romanos. Se dice que el emperador Augusto Caesar mató 3,500 animales durante su reinado. Fue superado por sus sucesores Tito y Trajano, quienes ordenaron la muerte de 5,000 y 11,000 animales, respectivamente. La sociedad romana literalmente estaba enfermas mentalmente al punto que la violencia, tortura y sufrimiento corporal en hombres y animales eran vistos como la más alta de expresión moral. Era un paroxismo colectivo que fue el propósito de la vida de los romanos: crueldad.

La demanda cada vez mayor de animales exóticos para los festivales en el Coliseo sustentó a cazadores especializados que vivían y trabajaban en los márgenes del imperio. Numerosos autores romanos, incluido Petronio, describen en detalle los métodos que estos profesionales utilizaron para rastrear y capturar criaturas peligrosas como osos y tigres sin dañarlos. Atraían a sus presas a pozos donde las dejaban durante días o semanas hasta que se debilitaban lo suficiente, o las capturaban con redes y las ataban a tablas de madera para trasladarlos al Coliseo en Roma. Muchos animales morían en el viaje, otros llegaban tan débiles que apenas sobrevivían, y los pocos que sobrevivían morían en la arena a manos de viciosos y brutos gladiadores que también morían a manos de otros. El espectáculo era un escenario grotesco combinado de gritos dolorosos, desesperación y olor a sangre humana mezclada con las de los animales.

En 204 d.C el emperador Séptimo Severo realizo una presentación teatral, una de las mas grandes, en donde una embarcación pretendió estar en el mar y naufrago partiéndose en la mitad, y más de 700 animales salvajes y exóticos se escaparon en el circo en donde se mataron unos a otros, estos espectáculos llenaban a la gente de euforia y un paroxismo sin paralelo. Una histeria colectiva que evidenciaba el gran trastorno mental del pueblo romano.

No todos los animales exóticos fueron sacrificados por los romanos, especialmente cuando fueron traídos a la capital por primera vez en los últimos tiempos. La jirafa del emperador César, descrita por el historiador Cassius Dio como haber sido "exhibida a todos", sirve como un ejemplo. Se cree que Augusto Caesar hizo lo mismo. “Si se traía a la ciudad algo raro y digno de ver”, dice el historiador Suetonius, “tenía la costumbre de hacer una exhibición especial en cualquier lugar conveniente en los días en que no se programaban espectáculos”.

Al mismo tiempo, la popularidad de cualquier venatio dependía en gran medida del interés público en las criaturas participantes. La primera venatio, según Plinio el Viejo, tuvo lugar en el 252 a. C., durante la Primera Guerra Púnica. El evento contó con elefantes que las fuerzas romanas habían capturado en la isla de Sicilia, una novedad en ese momento. Durante los últimos días de la República, los más adinerados agotaron sus redes diplomáticas para conseguir los animales más exóticos que pudieron encontrar, desde leopardos hasta cocodrilos.

"Si bien muchos venationes presentaban especies locales como toros y perros", escribió Caroline Wazer, quien estudió historia antigua en la Universidad de Columbia, en The Atlantic, los animales exóticos "eran mucho más emocionantes... Además, los romanos parecen haber tenido poco interés en criar animales exóticos en casa. Los animales capturados en la naturaleza se consideraban infinitamente más peligrosos, más valiosos y fascinantes”.

La relación entre los romanos y los animales exóticos está llena de complejidades psicológicas y sociológicas. A menudo, el trato que se les daba se reducía a la disposición individual. Emperadores ilustrados como Marco Aurelio tenían poco interés en el Coliseo y sus venationes. Su sucesor Commodus, por el contrario, fue un ávido gladiador que, según los informes, desarrolló una punta de flecha en forma de medialuna que se usa para decapitar avestruces.

Otros gobernantes, como César y Augusto, oscilaron entre los dos extremos. Un día, trataron a los animales exóticos con asombro y reverencia. Al siguiente, se deleitaron en organizar una brutal venatio que concluyó con su matanza sin sentido. Un blog de historia de la Universidad de Chicago busca respuestas de Plinio, quien dijo que la búsqueda de la riqueza se derivaba de la necesidad de “poseer algo que podría destruirse por completo en un momento”. Quizá las venationes eran una expresión del vacío moral de los Emperadores que la llenaban con masacres a animales inocentes.

Sin embargo, las venationes no siempre fueron recibidas con mucho  entusiasmo. “Cuando [los elefantes] hubieron perdido toda esperanza de escapar”, Plinio recuerda una venatio escenificada por Pompeyo, “trataron de ganarse la compasión de la multitud con indescriptibles gestos de súplica, deplorando su destino con una especie de lamento, tanto para la angustia del público que se olvidaron del general y su munificencia cuidadosamente ideada para su honor, y prorrumpiendo en lágrimas se levantaron en un cuerpo e invocaron maldiciones sobre la cabeza de Pompeyo.

“El último día fue el de los elefantes”, escribe Cicerón sobre el mismo evento, “en el que hubo gran asombro por parte de la multitud vulgar, pero ningún placer en absoluto. No, incluso hubo un cierto sentimiento de compasión despertado por ello, y una especie de creencia creada de que ese animal tiene algo en común con la humanidad.” Aunque las venationes continuaron mucho después de que cesaron las batallas de gladiadores, la práctica se dejó de practicar frente al público romano hasta el final.

A pesar de tales críticas, las venationes parecían haber jugado un papel importante en la humanización de los animales exóticos en la época romana y en convertirlos de criaturas mitológicas en organismos no muy diferentes a los humanos. En su artículo de la revista Atlantic, Wazer analiza un mosaico en el que cuatro leopardos luchan contra cuatro gladiadores. Los leopardos recibieron apodos, al igual que sus adversarios humanos, y se representan con coronas de laurel: un signo de talento y coraje excepcionales.

El imperio romano fue un imperio poderoso pero cruel con las naciones que conquistaba y con la naturaleza, es decir los animales. Roma era literalmente un infierno para los animales exóticos. Como castigo de todo lo que hicieron con la fauna exótica, durante el reino de Diocleciano la parte alta del Circus Maximus colapso matando a mas de 13 mil espectadores. No dudaría que los animales sacrificados por puro capricho se “vengaron” ese día de los romanos.

por Caesar Arevalo

 

REFERENCIAS

Brinkhof, T. (2022, May 17). Exotic animals and their strange relationship with ancient Greeks and Romans. Big Think. Retrieved May 19, 2022, from https://bigthink.com/the-past/exotic-animals-greece-rome/

Cartwright, M. (2022, May 17). Circus maximus. World History Encyclopedia. Retrieved May 20, 2022, from https://www.worldhistory.org/Circus_Maximus/

Rodgers, N., & Dodge, H. (2017). The Illustrated Encyclopedia of the Roman Empire. Cambridge: Hermes House.

 



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