¿ES EL
HOMBRE “LIBRE” PORQUE DIOS ES LIBRE?
La
introducción del título tiene que ver con la imagen de Dios y el hombre mismo y
su relación con el “libre albedrio.” El pelagiano, semi pelagiano y
Arminianismo, tienen un gran problema filosófico aparte de teológico en tratar
de teorizar la naturaleza del libre albedrio.
De manera
que la pregunta fundamental es ¿Puede el “libre albedrio” ser la imagen de
Dios?, filosóficamente, el Arminiano-Pelagiano, dice que ya que “Dios es libre,
entonces el hombre es también libre.” Esta aserción no está basada en Escritura
para empezar, y se debe de tener en mente esto bien claro en debates o
intercambios con aquellos que insisten el tal “libre albedrio.”
La conclusión
Arminiana de que el hombre tiene “libre albedrio” (porque Dios “tiene libre albedrio”)
hace del hombre no solo el artificie de su destino (algo que la Biblia no
enseña) sino que también hace de Dios un “algo” que no resembla en nada al Dios
de las Escrituras.
La idea se
desarrolla en base a estas premisas: El libre albedrío hace al hombre superior
a la bestia. Es el libre albedrío
que es la clave para el destino del hombre; pues
él elige el bien y la felicidad, o elige el mal y sus consiguientes juicios. Esta
noción del libre albedrío siendo “la imagen de Dios en el hombre,” sin embargo,
tiene profundas dificultades internas, así como una falta de apoyo bíblico. Es
decir mas parte de una hermenéutica filosófica en vez de una hermenéutica Bíblica.
Se lee el texto Bíblico con los lentes de la filosofía en vez con los lentes de
la propia exegesis bíblica.
Los que son
de una inclinación pelagiana-Arminiana tienden a ver “la imagen de Dios” constituyendo
“el libre albedrío” para apoyar su ya a-priori teodicea. El
argumento es más bien una suposición en vez de una seria hermenéutica e
investigación de los textos bíblicos. Ellos
lo plantean de esta manera:
"Dios tiene libre albedrío y el hombre tiene libre albedrío. Por lo tanto, el libre
albedrío es la imagen de Dios."
Pero este
silogismo en si es una falacia, por la sencilla razón que ambas premisas son
falsas. Simplemente es una falacia de petición de principio.
Además de ser una petición de principio, este punto de vista tiene serias inconsistencias internas. La inconsistencia interna más obvia es si Dios tiene libre albedrío, el hombre no puede también tener libre albedrío dado el significado de "libertad" que solo se aplica a un ser supremo para empezar. Los que sostienen que Dios, en su libertad, hizo un ser que a su vez impide la libre voluntad de Dios, es, por decir lo menos, problemático.
Además de ser una petición de principio, este punto de vista tiene serias inconsistencias internas. La inconsistencia interna más obvia es si Dios tiene libre albedrío, el hombre no puede también tener libre albedrío dado el significado de "libertad" que solo se aplica a un ser supremo para empezar. Los que sostienen que Dios, en su libertad, hizo un ser que a su vez impide la libre voluntad de Dios, es, por decir lo menos, problemático.
Pues ¿Cómo se
entiende teológicamente que Dios es soberano sobre todas las cosas pero al
mismo tiempo hace a un ser que puede resistir Su voluntad?
Pregunta ¿Abandona
Dios su libertad para dar al hombre el “libre albedrío”? Supongamos
que Dios lo hace, por el bien del argumento, esto sólo demuestra que tal afirmación
no puede posiblemente ser la “imagen de Dios” ya que Dios mismo termina por
perder el atributo del libre albedrío.
Por
lo tanto ¿cómo entonces podría decirse que el hombre es creado en la semejanza
de Dios? Como
dice el teólogo y filósofo Gordon Clark en relación con esto, "Si el
hombre fuera libre, Dios no lo podía enfrentar imperiosamente, de la cual
Feuerbach ya había deducido el ateísmo, y llevó al modernismo ha deificar al hombre." (2)
El punto es simple: Si el hombre tiene libre albedrío para frustrar a Dios en sus propósitos, entonces la voluntad del hombre y no la voluntad de Dios está establecida. La voluntad del hombre es, pues, fundamental, y no la de Dios. Y a partir de esta propuesta el ateísmo ha florecido, y de ella del mismo modo el hombre se ha visto como su propio “dios” determinando por sí mismo el bien y el mal.
El segundo problema es la ambigüedad de la palabra "libre albedrío". Si por “libre albedrio” queremos decir la capacidad de elegir entre dos cursos incompatibles de acción, entonces la refutación anterior destaca en su propio merito. Si significa "libertad" para actuar fuera de la naturaleza de uno, entonces ni siquiera Dios tiene esa libertad. Dios no puede mentir, no puede llegar a ser débil, y no puede hablar en proposiciones contradictorias. El hombre, por su constitución después de la caída no puede querer hacer algo que está fuera de si su inclinación natural. El hombre, antes y después de la caída fue determinado por su naturaleza. La diferencia ahora es que desde la caída, el hombre se ha dañado en todas sus facultades por lo que sólo es “libre” de hacer lo que es malo. El hombre se dice que es "nacido en el pecado" (Sal. 51: 5) y habla mentiras tan pronto como nace (Sal. 58: 3)
El punto es simple: Si el hombre tiene libre albedrío para frustrar a Dios en sus propósitos, entonces la voluntad del hombre y no la voluntad de Dios está establecida. La voluntad del hombre es, pues, fundamental, y no la de Dios. Y a partir de esta propuesta el ateísmo ha florecido, y de ella del mismo modo el hombre se ha visto como su propio “dios” determinando por sí mismo el bien y el mal.
El segundo problema es la ambigüedad de la palabra "libre albedrío". Si por “libre albedrio” queremos decir la capacidad de elegir entre dos cursos incompatibles de acción, entonces la refutación anterior destaca en su propio merito. Si significa "libertad" para actuar fuera de la naturaleza de uno, entonces ni siquiera Dios tiene esa libertad. Dios no puede mentir, no puede llegar a ser débil, y no puede hablar en proposiciones contradictorias. El hombre, por su constitución después de la caída no puede querer hacer algo que está fuera de si su inclinación natural. El hombre, antes y después de la caída fue determinado por su naturaleza. La diferencia ahora es que desde la caída, el hombre se ha dañado en todas sus facultades por lo que sólo es “libre” de hacer lo que es malo. El hombre se dice que es "nacido en el pecado" (Sal. 51: 5) y habla mentiras tan pronto como nace (Sal. 58: 3)
Lo anterior establece esta conclusión: El libre albedrío no es la imagen de Dios en el hombre. Pues Dios no actua fuera de su naturaleza.
Caesar Arevalo
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