LA VERDAD

Este sitio es acerca la teología reformada tal como fue enseñada por los grandes e influyentes reformadores del siglo 16. El trabajo de ellos cambió la forma de ver el Cristianismo en términos de teología y liturgia. Fueron ellos que viendo la corrupción en la existente iglesia Católica desearon reformarla de acuerdo a Escritura, trayendo consigo la mas grande revolución religiosa y social que la historia de la iglesia haya sido testigo. Su legado sigue hoy en este siglo, y su influencia cambió Europa y dio nacimiento a los Estados Unidos de América.

domingo, febrero 22, 2015

CALVINO Y LOS "CARISMATICOS" DE SU TIEMPO






INTRODUCCION

En los años tumultuosos que siguieron la Reforma Protestante, una miriada de sectas y cultos emergieron predicando el apocalipsis, y muchas predicciones que perturbaron aun a otros disidentes. Los Anabautistas derivaron su nombre del Latin por “uno que bautiza otra vez,” y rechazaron toda forma de organización política y jerarquía social a favor de una comunidad teocrática idealizada. Por ejemplo el anabautista Jan Bockelson, se declaro a si mismo el “mesias de los últimos días,” y tomó muchas esposas, e hizo la vida de todos en el pueblo de Leyden una existencia miserable. Esto es solo uno de los cientos de ejemplos de las practica “profeticas” y de “revelación” espiritual de estos individuos y grupos Anabautistas. Otro alegaban haber recibido “mensajes” espirituales del Espíritu Santo y creaban confusión entre el pueblo Alemán y otras ciudades. Esta fue la situación social  y religiosa que vivió Calvino y experimento en primera mano  las extravagancias de estos grupos. Este contexto nos ayudara a entender la introducción del capítulo nueve de sus Instituciones. Curiosamente, a pesar que fue escrito en el siglo 16, es relevante para nuestros días en donde la explosión de sectas evangélicas-Pentecostales-Carismáticas se ha diseminado en toda Latinoamérica. 

CALVINO SOBRE LOS "CARISMATICOS Y PENTECOSTALES" DE SU TIEMPO: ANABAUTISTAS

El fanatismo el cual distrae la Escritura, bajo la pretension de recurrir a revelaciones inmediatas es subversivo a cada principio del Cristianismo. Pues cuando ellos se jactan extravagantemente del Espíritu es siempre para enterrar la Palabra de Dios para que ellos puedan tener espacio para sus propias falsedades. Las personas quienes abandonan las Escrituras se imaginan así mismas alguna otra forma de acercarse a Dios deben de considerarse no tanto como engañadas por el error pero realmente por la histeria. 

Pues allí se han levantado últimamente algunos hombres inconstantes quienes pretendiendo arrogantemente ser enseñados por el Espíritu rechazan toda lectura y desvían la simplicidad de aquellos quienes escuchan a lo que ellos llaman la “letra muerta que mata.”

 Pero yo les preguntaría cual es espíritu es por cuya inspiración ellos son llevados a tal sublimidad como para atreverse a despreciar la doctrina de la Escritura como pueril y vulgar. 

Pues si ellos responden lo que es el Espíritu de Cristo cuan ridículo es tal a seguranza pues ellos estarían de acuerdo en que los apóstoles de Cristo y otros creyentes de la iglesia primitiva fueron iluminados por nadie más sino por el Espíritu de Cristo.

Pero ahora, nadie de ellos aprendió de El el condenar la palabra Divina, sino al contrario, llenos con gran reverencia por la palabra así como sus escritos dan abundante testimonio. 

Esto ha sido predicho por la boca de Isaías, pues donde dice: “El Espíritu que esta sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no se apartaran de tu boca ni de la boca de tu semilla para siempre.” (Isa. 49:21). El no limita a su gente bajo la dispensación antigua de la letra como si ellos fueran niños aprendiendo a leer, pero les declara que es la verdadera y completa felicidad de la nueva Iglesia bajo el reinado de Cristo para ser gobernadas por la palabra de Dios así como por su Espíritu.

De donde deducimos que estas personas son culpables de un sacrilegio detestable separando estas dos cosas que el profeta unió con un lazo inviolable. Otra vez, Pablo después de haber sido llevado al tercer cielo no cesó de estudiar la doctrina de la ley y de los profetas como el también exhortó a Timoteo, que  era un doctor de tan excelencia a que se entregue a la lectura” (1 Tim 4:13). Y digno de recordar es su elogio  a la Escritura diciendo que es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia" (2 Tim. 3, 16). ¿Cuán diabólica es entonces tal locura al cual pretende que el uso de la Escritura es solo transitorio y temporaria, el cual guía a los hijos de Dios al punto más alto de perfección?!

También quería preguntarles otra pregunta si ellos han recibido un espíritu diferente del que Dios ha prometido a sus discípulos. Tan grande como es su locura, no creo que sean tanto en su fanatismo como para que se jacten. Ahora bien, cuando él prometió,  ¿cómo dijo que había de ser su Espíritu? uno que no hablaría por sí mismo, sino que sugeriría e inspiraría en la mente de los apóstoles lo que Él con oralmente les había enseñado (Jn. 16,13).

Por tanto el Espíritu Santo que se nos ha prometido a nosotros no es fingido o inventor de nuevas revelaciones nunca oídas o forma un nuevo género de doctrina, con la cual nos seduce de la enseñanza del Evangelio, sino que le compete al Espíritu de Cristo el sellar y fortalecer en nuestros corazones con aquella misma doctrina que el Evangelio nos enseña.

FUENTE: "Los Institutos" Libro 1, Capitulo 9, Dr. John Calvin (1509-1564)

Por Caesar Arevalo

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