La
pregunta que hago a los evangélicos y a aquellos que “simpatizan” con la
Reforma y según ellos “celebran” la Reforma es
¿sabes que es la Reforma? Y ¿sabes lo que estas celebrando?....es sabido que el
evangelicalismo-pentecostal-anabautista-Arminiano-semi-Pelagiano-Dispensacionalista
no es heredero de la Reforma, y sus adherentes ignoran lo que es realmente la
Reforma, es mas sus pastores rechazan las doctrinas Reformadas históricas y
atacan abiertamente a lo que ellos llaman “Calvinismo” [término que tampoco entienden], y los pocos que conocen algo de la Reforma es el
nombre de Lutero, aunque no leyeron sus obras, y un número aún menos no conocen o
han escuchado el nombre de Calvino, y por supuesto nunca han leído sus obras.
Menos aún no conocen a los otros personajes importantes y relevantes de la
Reforma Protestante.
Un gran número piensa que la Reforma es solo las “Cinco Solas,” aunque no se niega que esto nos
distingue de Roma, la Reforma no es la codificación de estas cinco
afirmaciones, la Reforma es la aplicación de la teología desarrollada por
Lutero, Calvino, Zwinglio, Bucer, Beza, Bullinger, Rutherford, Gillespie, los
divinos de Westminster en la Iglesia y Estado.
De
allí mi pregunta ¿Qué celebras en el “día” de la Reforma cuando no conoces lo
que es la Reforma y solo aceptas ciertas doctrinas y rechazas toda la teología Reformada?
Una
de las aéreas importantes que distingue a la verdadera Reforma es el área de la
adoración. Los Reformadores sabían que Roma había corrompido la adoración a
Dios, esto es la forma de adorar a Dios. En el tiempo de la Reforma, la adoración
a Dios era de manufactura humana, los cantos a Dios fueron inventado por
hombres y no seguían los himnos inspirados por el Espíritu Santo, los Salmos.
Esta adoración de manufactura humana era una perversión y no tenía la aprobación
de Dios mismo en las Escrituras. El evangelicalismo se caracteriza por su “adoración”
electrónica, y canciones de inspiración humana según ellos para “alabar” a
Dios. Esta es la razón por la cual el evangelcalismo puede ser cualquier
movimiento religioso menos un movimiento Reformado propiamente dicho.
Si
realmente eres serio en saber lo que la verdadera Reforma enseña y ser un verdadero
reformado, entonces empieza con la adoración. Así lo entendió el gran doctor Juan Calvino,
al cual muchos lo usan y citan pero no siguen su exposición en cuanto a la
verdadera adoración. Los Presbiterianos Reformados, verdaderos herederos de la
Reforma, adoramos a Dios de acuerdo a lo establecido en su palabra. Existen
otros grupos Reformados que no creen que debemos adorar a Dios solamente con
los Salmos inspirados por El, pero la evidencia histórica es irrefutable, la
verdadera Reforma empieza con la verdadera y correcta adoración a Dios. Leamos el siguiente extracto de la obra de
Calvino “La Necesidad de Reformar a la Iglesia” (1543), la cual nos lleva a la propia raíz de lo que es la verdadera Reforma y sin la cual no existe una verdadera Reforma:
Veamos
ahora lo
que se quiere decir con el
debido culto a Dios. Su fundamento principal es reconocerle tal como él es, la única fuente
de toda virtud, justicia, santidad, sabiduría, verdad,
poder, bondad, misericordia, vida y salvación; de acuerdo con
esto, atribuir y rendir a él la gloria
de todo lo que es bueno, para
buscar todas las cosas en él solamente, y todo lo que se desee tiene
su recurso a él solo. De ahí surge la oración,
por lo tanto, la alabanza y la acción de gracias. Estos siendo testimonios de
la gloria que le
atribuimos. Esta es la verdadera santificación de su nombre que él requiere
de nosotros por encima de todas las cosas. A esto se une la adoración, por el cual nos manifestamos para él la
reverencia debida a su grandeza y
la excelencia; y para esto
las ceremonias son sub-sirvientes, como ayuda
o instrumentos, a
fin de que, en el ejercicio del
culto divino, el cuerpo pueda ser ejercitado al mismo tiempo con el
alma. Seguidamente, después de
esto viene la
auto-humillación, cuando, renunciando
al mundo y a la carne, somos transformados en la
renovación de nuestra mente y ya no vivimos más para nosotros mismos,
y nos sometemos a ser gobernados y
trabajados por él. Por esta auto-humillación estamos siendo entrenados para la obediencia y devoción a su voluntad, por lo que su miedo reina en nuestros
corazones, y regula todas las acciones de nuestra
vida.
Que en estas cosas consiste la verdadera y sincera adoración que sólo Dios aprueba, y en la cual sólo Él se deleita, y es a la vez enseñada por el Espíritu Santo a través de toda las Escrituras, y es también, antecedente a la discusión, el dictado evidente de la piedad. Tampoco hubo desde el principio algún otro método de adoración a Dios, la única diferencia es que esta verdad espiritual, que con nosotros está desnuda y simple, estaba bajo la antigua dispensación envuelta en figuras. Y este es el significado de las palabras de nuestro Salvador: "La hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad" (Juan 4:23). Porque por estas palabras el no quería decir que Dios no era adorado por los padres de esta manera espiritual, pero sólo quería señalar una distinción en la forma externa: es decir, que mientras ellos tenían el Espíritu prefigurado por muchas figuras, nosotros lo tenemos en la simplicidad. Pero siempre ha sido un punto reconocido, que Dios, que es un Espíritu, debe ser adorado en espíritu y en verdad.
Por otra parte, la norma que distingue entre la adoración pura y viciada es de aplicación universal, con el fin de que no podemos adoptar cualquier dispositivo que parece apto para nosotros mismos, sino mirar a los mandatos de él que es el único con derecho a prescribir. Por lo tanto, si queremos contar con él para que nuestra adoración sea aprobada, esta norma, que se aplica en todas partes con la máxima rigurosidad, debe ser observada cuidadosamente. Porque exista una razón doble por qué el Señor, en la condena y la prohibición de toda adoración ficticia, nos obliga a prestar obediencia sólo a su propia voz. En primer lugar, tiende en gran medida a establecer su autoridad que no seguimos nuestro propio placer, pero dependemos totalmente de su soberanía; y, en segundo lugar, tal es nuestra locura, que cuando se nos deja en libertad, todo lo que somos capaces de hacer es ir por mal camino. Y luego, cuando una vez que nos hemos desviado del camino correcto, no hay fin a nuestras andanzas, hasta que nos enterramos bajo una multitud de supersticiones. Justamente, por lo tanto, el Señor, con el fin de afirmar su pleno derecho de dominio, estrictamente ordena lo que él desea que hagamos, y al mismo tiempo rechazar todos los dispositivos humanos que están en desacuerdo con su mandamiento. Justamente, también, él, en términos expresos, define nuestros límites, para que no, mediante la fabricación de modos perversos de culto, provoquemos su ira contra nosotros.
Sé lo difícil que es convencer al mundo de que Dios desaprueba todas las formas de culto que no son sancionados expresamente por su Palabra. La persuasión opuesta que se une a ellos, que esta sentada, por así decirlo, en sus huesos y los tuétanos, es que cualquier cosa que hacen tiene en sí misma una sanción suficiente, siempre y cuando exhiba una especie de celo por el honor de Dios. Pero ya que Dios no sólo considera esto como infructuoso, sino también claramente lo abomina, cualquier cosa que hagamos de celo en su culto, si está en desacuerdo con su mando, ¿qué ganamos por una forma contraria? Las palabras de Dios son claras y distintas, "La obediencia es mejor que los sacrificios." "En vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres" (1 Samuel 15:22; Mateo 15: 9). Cada adición a su palabra, sobre todo en esta materia, es una mentira. El solo "culto voluntario" (ethelothreeskeia) es vanidad. Esta es la decisión, y una vez que el Juez ha decidido, ya no hay más tiempo para debatir.”
Como vemos, la verdadera Reforma esta en adorar a Dios de la forma como él ha mandado en Su Palabra. Cuanto tiene que aprender el evangelicalismo moderno si desea adorar a Dios en Espíritu y Verdad. Tristemente, a diferencia de los tiempos de Lutero y Calvino, ahora la Reforma debe de extenderse a los evangélicos a que dejen su adoración corrupta y humana y adoren a Dios tal como el lo dispuso.
Soli Deo Gloria.
Que en estas cosas consiste la verdadera y sincera adoración que sólo Dios aprueba, y en la cual sólo Él se deleita, y es a la vez enseñada por el Espíritu Santo a través de toda las Escrituras, y es también, antecedente a la discusión, el dictado evidente de la piedad. Tampoco hubo desde el principio algún otro método de adoración a Dios, la única diferencia es que esta verdad espiritual, que con nosotros está desnuda y simple, estaba bajo la antigua dispensación envuelta en figuras. Y este es el significado de las palabras de nuestro Salvador: "La hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad" (Juan 4:23). Porque por estas palabras el no quería decir que Dios no era adorado por los padres de esta manera espiritual, pero sólo quería señalar una distinción en la forma externa: es decir, que mientras ellos tenían el Espíritu prefigurado por muchas figuras, nosotros lo tenemos en la simplicidad. Pero siempre ha sido un punto reconocido, que Dios, que es un Espíritu, debe ser adorado en espíritu y en verdad.
Por otra parte, la norma que distingue entre la adoración pura y viciada es de aplicación universal, con el fin de que no podemos adoptar cualquier dispositivo que parece apto para nosotros mismos, sino mirar a los mandatos de él que es el único con derecho a prescribir. Por lo tanto, si queremos contar con él para que nuestra adoración sea aprobada, esta norma, que se aplica en todas partes con la máxima rigurosidad, debe ser observada cuidadosamente. Porque exista una razón doble por qué el Señor, en la condena y la prohibición de toda adoración ficticia, nos obliga a prestar obediencia sólo a su propia voz. En primer lugar, tiende en gran medida a establecer su autoridad que no seguimos nuestro propio placer, pero dependemos totalmente de su soberanía; y, en segundo lugar, tal es nuestra locura, que cuando se nos deja en libertad, todo lo que somos capaces de hacer es ir por mal camino. Y luego, cuando una vez que nos hemos desviado del camino correcto, no hay fin a nuestras andanzas, hasta que nos enterramos bajo una multitud de supersticiones. Justamente, por lo tanto, el Señor, con el fin de afirmar su pleno derecho de dominio, estrictamente ordena lo que él desea que hagamos, y al mismo tiempo rechazar todos los dispositivos humanos que están en desacuerdo con su mandamiento. Justamente, también, él, en términos expresos, define nuestros límites, para que no, mediante la fabricación de modos perversos de culto, provoquemos su ira contra nosotros.
Sé lo difícil que es convencer al mundo de que Dios desaprueba todas las formas de culto que no son sancionados expresamente por su Palabra. La persuasión opuesta que se une a ellos, que esta sentada, por así decirlo, en sus huesos y los tuétanos, es que cualquier cosa que hacen tiene en sí misma una sanción suficiente, siempre y cuando exhiba una especie de celo por el honor de Dios. Pero ya que Dios no sólo considera esto como infructuoso, sino también claramente lo abomina, cualquier cosa que hagamos de celo en su culto, si está en desacuerdo con su mando, ¿qué ganamos por una forma contraria? Las palabras de Dios son claras y distintas, "La obediencia es mejor que los sacrificios." "En vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres" (1 Samuel 15:22; Mateo 15: 9). Cada adición a su palabra, sobre todo en esta materia, es una mentira. El solo "culto voluntario" (ethelothreeskeia) es vanidad. Esta es la decisión, y una vez que el Juez ha decidido, ya no hay más tiempo para debatir.”
Como vemos, la verdadera Reforma esta en adorar a Dios de la forma como él ha mandado en Su Palabra. Cuanto tiene que aprender el evangelicalismo moderno si desea adorar a Dios en Espíritu y Verdad. Tristemente, a diferencia de los tiempos de Lutero y Calvino, ahora la Reforma debe de extenderse a los evangélicos a que dejen su adoración corrupta y humana y adoren a Dios tal como el lo dispuso.
Soli Deo Gloria.
Comentario y traduccion por Caesar Arevalo
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