LA EVIDENCIA HISTORICA DEL
RECHAZO DEL MILENIALISMO EN LA
IGLESIA PRIMITIVA
RECHAZO DEL MILENIALISMO EN LA
IGLESIA PRIMITIVA
[Este artículo basa sus fuentes en el libro del Dr. Charles E. Hill. (Profesor
Asociado de Nuevo Testamento en el Seminario Teológico Reformado en Orlado. Es
el autor del libro “Regnum Caelorum: Patrones de la Esperanza Futura en el
Cristianismo temprano” (Oxford 1992) ]
El “Chiliasm” [pronuncia “Kiliasmo] del Griego Chiliasm” y significa
“milenio,” es el nombre antiguo de lo que se conoce hoy popularmente entre los “evangélicos como pre-milenialismo,
la creencia de que Jesús retornara a la tierra
y pondrá sus pies en la tierra, y establecerá un reino temporal, en
donde los santos resucitados reinaran con él sobre personas no resucitadas por
un periodo de mil años, de paz y justicia. Sin embargo hoy en día dentro del
evangelicalismo dispensacional, el decir que la iglesia primitiva rechazó el
pre-milenialismo suena raro en los oídos de fundamentalistas, pentecostales y evangélicos,
pues la doctrina milenaria es parte de su teología dispensacional.
(Durante todo este articulo, se usara el término “Kiliasmo” ,
milenialismo y pre-milenialismo intercambiablemente.)
Habiendo sido insertado al fundamentalismo, el pre-milenialismo en su
forma dispensacional ha sido y es predicado en forma vigorosa en púlpitos, en
colegios Bíblicos, seminarios, y promovido exitosamente a las masas a través de
estudios bíblicos, libros, panfletos, bosquejos, y radio y ministerios
evangélicos en TV.
Esta es la razón el porque todo convertido al evangelicalismo piensa y
acepta que el pre-milenialismo es una marca intrínseca de la ortodoxia
Cristiana. Sin embargo, históricamente, hubo un periodo de más de mil años, que
corre desde el siglo cuatro hasta el siglo 15, en donde el pre-milenialismo fue
virtualmente no-existente. Aun dentro de la Reforma y el periodo después de la
Reforma, los proponentes del “Kiliasmo” fueron encontrados en grupos heréticos
y fuera de la ortodoxia Cristiana.
La confesión de Augsburg inclusive fue a condenar al Kiliasmo (Art.
XVII, del “Retorno de Cristo para Juicio), y Juan Calvino criticó a los “Kiliastas,”
“quienes limitaron el reinado de Cristo
a mil años. Esta creencia ficticia es tan pueril que no merece refutación. Ni
tampoco algún consentimiento del Apocalipsis, del cual es conocido que ellos
[los Kiliastas] extraen su gran error (Apo. 20:4), ya que los mil años que allí
se mencionan, no se refiere a una eterna bendición de la iglesia, sino mas bien
a los varias tribulaciones el cual espera a la iglesia militante en este
mundo….aquellos que asignan solo mil años a los hijos de Dios para gozar la herencia
de una vida futura, no se dan cuenta cuán grande insulto ellos atribuyen a
Cristo y a su Reino ” (Institutos 3.25.5).
No fue sino hasta el siglo 19 que el Kiliasmo hizo un regreso respetable,
empezando con Irving [quien tradujo la obra de una Jesuita Católico Romano como
la base de su pre-milenialismo], luego, Darby y expandiéndose a traves C. I
Scofield y su famosa Biblia, como una doctrina favorita de profesores Evangélicos
quienes lo promovieron a través de campañas de “avivamiento” en medio del
naciente liberalismo teológico.
RECHAZO DEL “KILIASMO” O MILENIALISMO DURANTE LOS PRIMEROS SIGLOS DE LA IGLESIA
La pregunta es ¿cómo se ha de interpretar el rechazo del Kiliasmo o
pre-milenialismo durante el periodo de la iglesia primitiva? Muchos apologistas
evangélicos del pre-milenialismo argumentan que antes del tiempo de Agustin el
Kiliasmo fue la escatología dominante de la iglesia, el cual “preserva la fe de
los apóstoles.”
Algunas formas de Kiliasmo fue realmente defendida por notables
padres de la iglesia como Justin Martir e Ireneo de Lyons, en el segundo siglo,
y Tertuliano de Cartago en el tercer siglo, ¿Cómo y porque entonces esta
posición cayó en total rechazo?
Las respuestas de los pre-milenialistas sugieren que el milenialismo fue
rechazado y derrotado por razones ilegitimas. Ellos dicen por ejemplo, que fue
a causa del surgimiento de la anti bíblica y peligrosa hermenéutica alegórica (como
la de Clemente de Alexandria y Orígenes). Ellos explican que los excesos de los
Montanistas en sus “profecías” influyo negativamente a su declien. Agregan que
la “paz política” que Constantino ofrecía en el imperio Romano a favor de la
Iglesia llevo a la falsa idea que el milenio había ya llegado. Finalmente, la autoridad
de Agustin, quien previamente había mantenido tal creencia, puso el golpe final
al milenialismo.
LA VERDAD DE LOS HECHOS
La pregunta de la hermenéutica es ciertamente importante, pero es
totalmente simplista el poner el debate en términos de interpretación literal
vs, alegórico. Por ejemplo a pesar del uso intencional de Orígenes del método alegórico, su crítica esencialmente
del Kiliasmo tuvo motivaciones teológicas y tradicionales. Estas motivaciones o
razones, no estuvieron limitados a Orígenes, pero fue compartida por largos
segmentos de la Iglesia. Referente a los Montanistas, ellos nunca fueron
Kiliastas, y nunca fueron criticados de ser así.
Tertuliano quien se convirtió en Montanista, no obtuvo su doctrina milenial
de ellos, pero más bien de Ireneo, pues no existe evidencia que el Kiliasmo fue
dañado por alguna asociación con el Montanismo.
Referente al cargo de que fue la culpa de Constantino que el Kiliasmo
dejo de ser enseñado en la iglesia, esto es fácil de refutar pues para el
tiempo que Constantino proclamó que el Cristianismo es la religión del Estado,
ya existía una escatología no-Kiliastica en todas partes y ha sido así desde
que el Cristianismo llegó a esos lugares. Por lo tanto no necesitaba la ayuda
de Agustín para la desaparición de la doctrina milenaria.
Entonces ¿porque la iglesia rechazó la doctrina de un milenio literal? Aunque la respuesta es compleja y amplia, una
de las razones es que la doctrina Kiliastica es un error Judaico, así lo
entendieron desde Orígenes hasta la Confesión de Augsburgo. Este criticismo ha
sido mal interpretado como una razón anti-Semita. Sin embargo, esto es falso
pues ningún padre de la iglesia ha negado que Jesús, y sus apóstoles fueron
Judíos, ni que las Escrituras fueron escritos por Judíos, y afirmaron que la
salvación viene a través de los Judíos.
Los antiguos sabían que el Nuevo Testamento revela a la Iglesia como el
verdadero Israel, y heredero de todas la promesas de Dios en Cristo, esto fue
muy bien establecido y profundamente engranado en la conciencia de la iglesia
primitiva. Aun Ireneo argumentaba que algunas de las promesas de Dios a Israel
tenían que cumplirse literalmente en un reino sobre la tierra, pero ellos
reconocían que los recipientes humildes de este reino seria un Israel
espiritual, todos aquellos que confesaban a Jesús como el Mesías, sin importar
su origen étnico o nacional.
¿A que se refirieron entonces los críticos del Kialiasmo, o milenialismo
al decir que esta doctrina es un “error
Judaico”? El uso de esta palabra significa “Judío no Cristiano,” o más aun,
“Judío anti-cristiano.” Estos críticos creyeron que el Kiliasmo representó un
acercamiento a la religión Bíblica como una categoría sub-Cristiana o
escatología incompleta, el cual esencialmente fracasó en considerar las
implicaciones redentoras de la venida de Jesús de Nazaret como el Mesías. Ellos
miraron ésta “heremeneutica” como una escatología no realizada y por lo tanto
no Cristiana en absoluto.
TRES ASPECTOS
NO-CRISTIANOS DEL “KILIASMO” O MILENIALISMO
1. Sus fuentes fueron fuentes Judías no-Cristianas
Primero, los críticos del Kiliasmo señalan que los Kiliastas Cristianos
consiguieron su doctrina milenial no tanto de los apóstoles pero de fuentes
Judías no-Cristianas. Ireneo cita una tradición de un libro escrito por Papias
de Hierapolis acerca del reino milenial. La tradición dice que reproduce las
enseñanzas de Jesús sobre el reino como relacionada al apóstol Juan como aquel
que recuerda las ultimas enseñanzas. Es el famoso reporte acerca de un viña en
el reino teniendo 10 mil ramas, cada rama con 10 mil ramitas, cada ramita con
10 mil brotes, cada brote con 10 mil racimos, y cada racimo con diez mil uvas,
etc…como es de esperar, esta tradición parece ser el desarrollo de una
tradición registrada en el libro de revelaciones de Baruch 2 en su relato del
reino terrestre.
Algunos eruditos Bíblicos revelan que el Kiliasmo de Justin, aunque
deriva del numero 1,000 de Apocalipsis, se origina más de un acercamiento al
Antiguo Testamento del libro de Isaias 65:17-25, en vez de una escatología de
Apocalipsis. Y esta hermenéutica está de acuerdo con la de Trifo, su
interlocutor Judío, en donde Trifo es un apologista que busca afirmar todo
aspecto Judío al Cristianismo. El tema del cumplimiento de las predicciones de
los profetas para la gloria de Israel fue mucho de la parte de la atmosfera de
la discusión entre los representativos del Cristianismo y Judaísmo, pues sus
encuentros tomaron lugar no mucho tiempo después del fallido intento de Bar Koba
de tomar Jerusalén del poder de los Romanos. (132-2135 AD).
2.
El Kiliasmo fue Judío en su visión de la vida de los
Santos después de la muerte.
Sabemos
ahora que las primeras escatologías Kiliastas y Cristianas no-Kiliastas
tiene que ver más con la expectación de un temporario, reino terrenal o la
falta de ello. Estos grupos incluyeron diferentes creencias acerca de la
escatología. Parece ser curioso hoy el saber que los antiguos Cristianos
Kiliastas defendían una doctrina escatológica en donde las almas de los justos
cuando morían no iban inmediatamente a la presencia de Dios en los cielos pero
más bien al Hades. Aquí las almas, esperaban con gozo la resurrección al reino
terrenal antes de entrar a la presencia de Dios. Esta idea de la vida después
de la muerte de los Kiliastas como Papias, Justin, Ireneo, Tertuliano,
Victorino, y Lactanio estaba conectado directamente a sus propias ideas milenalistas.
(2 Baruch, 4
Ezra, Ps. Philo's
Biblical Antiquities, y algunas tradiciones rabínicas) y de las conexiones
internas de las doctrinas extraídas por Ireneo.
Sin embargo mucho de la iglesia sabía y atesoraba la esperanza del Nuevo
Testamento de un gozo inmediato de la presencia de Dios en el cielo con Cristo
en la muerte (Luc. 23:42-43; Jn 14:2-4; 17:24; Filp. 1:22-23; 2 Cor. 5:6-8;
Heb. 12:22-24; 2 Ped. 1:11; Apoc. 6:9-11; 14:1-5; 15:2; 18:20; 19:14). Pero este aspecto de la escatología
Cristiana, esta “esperanza del cielo” hecho
posible solo por el trabajo completo de Jesús el Mesías y su propia
ascensión al cielo, destrozó el molde Judío de la escatología Judía.
Tal visión perteneció a un entendimiento no-Kiliasta (lo que llamamos
hoy como a-milenial) del retorno de Cristo. Esta visión esencialmente vió el
milenio de Apocalipsis 20 como perteneciendo a la presente edad, en donde los
muertos justos están vivos en Cristo y ahora está participando con su Rey y
Sumo Sacerdote en el reino Sacerdotal en los cielos (Apoc. 20:4-6). Esta visión
esta en total oposición a la nueva “interpretación” Kiliasta Judia, o milenial,
en el Cristianismo.
Podemos observar entonces dos tipos de patrones escatológicos Cristianos
compitiendo uno del otro: uno Kiliastico, el cual espera un reino inmediato
sobre la tierra antes del último juicio y dice que las almas de los santos
después de la muerte espera un reino terrenal en el bajo mundo del Hades; y el
otro en donde los que murieron en Cristo están en un estado bendito con El en
los cielos, en la presencia de Dios, mientras ellos esperan el retorno de
Cristo a la tierra, la resurrección y el juicio de todos, y un nuevo cielo y
nueva tierra.
¿Porque esta Kiliastica visión de la vida
después de muerte tuvo una atracción para los más importantes defensores del
Cristianismo?
Como ha notado Justin, ello funcionó como una
forma de reclamar toda la herencia Judía para los Cristianos
¿Prometieron los profetas un reino de paz, abundancia, y justicia como
los Judíos insistieron? Entonces estas profecías podían ser parte del
Cristianismo, porque el Cristianismo es el cumplimiento del Judaísmo. Para el
tiempo de Ireneo (Segundo siglo) hubo otra motivación: los creyentes ortodoxos
en doctrina estaban peleando herejías como el Marcionismo, Valentianismo, y
otras formas de sectas gnóstica, las cuales fueron devastadoras en largas
porciones de la Iglesia.
Todas estas herejías rechazaron la noción de la salvación del cuerpo
físico a través de la resurrección y también de la restauración de la creación,
ya que ellos afirmaron que la creación material fue inherentemente mala, porque
no fue la creación del más grande dios. Ellos también enseñaron que ellos irían
al cielo supremo en la muerte.
Ambos aspectos de la escatología fueron designados para hacer la
ortodoxia algo mejor. El Kiliasmo proveyó una respuesta ideal para Ireneo pues
ello enfatizaba la bondad del material de la creación como el producto de un
Dios bueno. También refutaba la arrogancia de los herejes de una ascensión
directa a lo más alto de Dios tan pronto como ellos morían. Los verdaderos
creyentes seguirían entonces el curso del Señor y permanecerían en el Hades
hasta que su alma fuera reunida con su cuerpo en la resurrección.
Pero a pesar de su utilidad en ayudar a rechazar a los negadores de la
materia del Gnosticismo, el Kiliasmo o milenialismo estuvo en oposición con
aspectos de la esperanza de la Iglesia trasmitida desde los apóstoles y revelado
claramente en los escritos del Nuevo Testamento. Como tal, el Kiliasmo no pudo
sobrevivir intacto, Tertuliano después de abrazar el Kiliasmo, trató de hacer
modificaciones. Aun cuando permaneció como un Kiliasta, tuvo un entendimiento más
amplio y entendió las profecías del Antiguo Testamento en una forma “más espiritual.”
El también argumentaba que algunos Cristianos, pero solo aquellos que sufrían
la persecución, podría ser guardados en un lugar en el Hades y habitar el cielo
antes de la resurrección.
Aun el admirador de Tertuliano, Cipriano no pudo aceptar esta forma de
interpretación escatológica y daba consolación a sus congregaciones durante la
plaga local con la esperanza cristianas de un reino celestial cuando ellos
murieran.
Con Lactanio a principios del siglo cuatro, vemos un intento determinado
de revivir una más genuina forma de Kiliasmo, pero para el siglo cuatro estas
ideas no pudieron resistir por largo tiempo entre el clericó más educado. La
esperanza Cristiana de unión y fraternidad con Cristo después de la muerte fue
demasiado fuerte para la escatología Kiliastica de florecer otra vez en su
forma original. El trabajo de Ticonios, Jeronimo, y Agustin al final del siglo
cuatro y a principios del siglo quinto simplemente puso el punto de exclamación
inevitablemente.
3. La hermenéutica del Kiliasmo del Antiguo Testamento llevó a la crucifixión.
Pero hubo otro gran problema el cual cuando es claramente expuesto,
tiene el potencial de ser totalmente mal entendido y crear mucha controversia.
Fue reconocido por Orígenes y ha sido visto por no-Kiliastas al presente día:
Es la realización de la interpretación literal nacionalísta de los escritos de
los profetas por parte de los fariseos y maestros de la ley del primer siglo
que fue la norma por la cual Jesús fue juzgado por ellos y que llevó al rechazo
de Jesús como el Mesías.
Una de las profecías
que Ireneo había insistido que tendría que ser cumplido en el reino terrenal
fue Isaías 11:6-7, el cual habla de el lobo y el cordero habitando juntos, así
como el leopardo y el cabrito, etc. Orígenes específicamente habla de este
pasaje como aquellos del cual los Judíos mal interpretan: “y habiendo visto
nada de estos eventos sucediendo literalmente durante el advenimiento de El de
quien creemos es el Cristo, ellos no aceptaron a nuestro Señor Jesucristo, pero
lo crucificaron sobre la base de que él se había llamado erróneamente el
Cristo.”
Esta hermenéutica Judía de interpretación de las profecías del Antiguo
Testamento y su papel en el rechazo de Jesús por los fariseos, fue reconocido aun por Tertuliano y fue, sin
dudas, una de sus motivaciones para
optar por una interpretación más espiritualizada a las profecías que Ireneo.
CONCLUSION
¿Porque la Iglesia rechazo el Kiliasmo?
Esencialmente porque el Kiliasmo fue juzgado de no ser un escatología
totalmente Cristiana. Los tres elementos de la falta de esta doctrina “mileanista”
incluye sus orígenes: un intento de refutar la esperanza Cristiana después de
la muerte, el cual fundamentado en un sistema teológico carente de un Salvador
para la humanidad; y aferrándose a una interpretación de las profecías del
Antiguo Testamento, el cual no se comportó a la hermenéutica Cristiana y más
bien dió lugar para ser usado el justificar la crucifixión.
Pero no solo estas faltas en la hermenéutica Judía que hizo que fracase
el Kiliasmo, pero el mensaje escatológico del Nuevo Testamento. Hubiera durado
más, si no fuera por la existencia de una escatología más robusta en la Iglesias fundamentada en el
Nuevo Testamento, que la sostuvo durante todo el periodo de la historia.
Fue la escatología revelada en los escritos del Nuevo Testamento,
proclamando que el reinado presente de Jesús Cristo sobre todas las cosas desde
el cielo, en donde sus santos estuvieron con el (Lucas 23:42-43; Juan 14:2-4;
17:24; Filip. 1:22-23; 2 Cor. 5:6-8) el golpe
final al Kiliasmo. Este mensaje vio la culminación de ese reino, no en algo futuro,
limitado, y provisional sobre la tierra en donde la perfección se mezcle con la
imperfección, pero más bien en la venida completa de lo perfecto (Rom. 8:21; 1
Cor, 13:10), y el reemplazo del presente cielo y tierra nueva con un cielo
nuevo y tierra nueva en donde habite la justicia (2 Pedr. 3:13; Apoc. 21-22). La evidencia histórica de esta teología corre
desde Clemente de Alejandría de Roma hasta Agustín.
El pre-milenialismo moderno, en sus diferentes formas, ha experimentado
sin lugar a dudas muchas trasmutaciones de su antiguo ancestro, pero al final
retiene los elementos esenciales. El milenialismo no es parte de la doctrina de
la Iglesia Novo Testamentaria ni de los Cristianos ortodoxos, y por lo tanto debe
ser rechazado como una mala hermenéutica de entender la escatología Bíblica.
FUENTES:
J. D. Pentecost, Things to Come (Grand Rapids: Durham, 1958),
374,
391; J. F. Walvoord, The
Millennial Kingdom (Grand
Rapids: Zondervan, 1959), 121-22; C. C. Ryrie, The Basis of the Premillennial
Faith (New York: Loizeaux Bros., 1953), 14.
See C. E. Hill, "The Marriage of
Montanism and Millennialism," in E. A. Livingstone, ed., Studia Patristica XXVI (1992), 142-48; cf.
D. Powell,
"Tertullianists and Cataphrygians," Vigiliae Christianea 29 (1975),
33-54.
Origen, de Princ. 2.11.2.
Irenaeus, Against
Heresies 5.32.2; 34.1.
Against
Heresies 5.33.3.
Dialogue with Trypho 80-81. See also S. Heid, Chiliasmus und AntiChrist-Mythos.
Eine Frühchristliche Kontroverse um das Heilige Land (Bonn, 1993), 20-21.
See e.g., Origen, Exhortation to Martyrdom 30; Cyprian, ad Fortunatum 12.
Justin, Dialogue with Trypho 80; Irenaeus, Against Heresies 5.32.1.
Tertullian, de Anima 55.4, 5; 56.8.
Cyprian, de Mortalitate 2, 18, 26.
Lactantius, Divine Institutes 7.14, 22-26. 20 Origen, de Princ. 4.2.1, 2; cf. C.
Cels. 7.29, etc.
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