LA VERDAD

Este sitio es acerca la teología reformada tal como fue enseñada por los grandes e influyentes reformadores del siglo 16. El trabajo de ellos cambió la forma de ver el Cristianismo en términos de teología y liturgia. Fueron ellos que viendo la corrupción en la existente iglesia Católica desearon reformarla de acuerdo a Escritura, trayendo consigo la mas grande revolución religiosa y social que la historia de la iglesia haya sido testigo. Su legado sigue hoy en este siglo, y su influencia cambió Europa y dio nacimiento a los Estados Unidos de América.

domingo, diciembre 08, 2013

EL REGULATIVO PRINCIPIO EN LAS CONFESIONES REFORMADAS



El Regulativo Principio Reformado no fue solamente la opinión de ciertos prominentes líderes. También estuvo en muchos de las grandes confesiones de fe de la Iglesias reformadas. 

Es claro desde las grandes Confesiones Reformadas y Catecismos, que las iglesias Reformadas, en el fervor que las caracterizaba en el principio, fueron determinadas adorar a Dios en la forma que El ha mandado, sin ninguna adición inventada por el hombre, y sin ninguna substracción. ¿Cuáles fueron algunas de las corrupciones que encontraron en la adoración de la iglesia medieval que fueron ahora excluidas?

1) La observancia de otros días además del Dia del Señor

2) El uso de himnos no inspirados

3) Cuadros y símbolos visuales


De el prefacio de la Forma de Oraciones y Ministración de los Sacramentos, etc. Usados en la Congregación Inglesa en Ginebra (1556):

"Nos presentamos ante ustedes por el cual deseamos el aumento de la gloria de Dios, y la pura simplicidad de su palabra, una forma y unidad de una Iglesia Reformada, limitada dentro del compas de la palabra de Dios, el cual nuestro Salvador ha dejado a nosotros como lo único por la cual podamos gobernar todas nuestras acciones; para que lo que sea que se añade por ideas humanas, el cual parezca nunca tan bueno, santo o hermoso; sin embargo ante nuestro Dios, el cual es celoso y no puede admitir ninguna compañía o consejero, es malo, impío, y abominable. Porque El es la sabiduría del Padre, la brillantez de su gloria, la verdadera luz, la palabra de vida, la verdad y la vida misma, ¿ puede acaso El dar a su iglesia (por la cual el pago el precio del rescate) algo por el cual no debería ser suficiente seguridad para la iglesia misma?"

Considere las siguientes palabras de la Confesión Francesa en París de 1559:

Creemos que la palabra contenida en estos libros de la Biblia ha procedido de Dios y recibe su autoridad solamente de Él, y no de los hombres. Y tanto como es la regla de toda verdad, contiene lo que es necesario para el servicio a Dios y para nuestra salvación, no es legal para el hombre o los ángeles añadir algo a ello, o quitar algo de ello, o cambiarlo. De donde sigue que no autoridad, ya sea antigua, o de costumbre, o números o de sabiduría humana o juicios, o proclamaciones, o edictos, o decretos, o concilios, o visiones, o milagros, debería ser opuesto a estas santas escrituras, pero, por el contrario, todas las cosas deberían ser examinadas, reguladas, y reformadas de acuerdo a ello.

Creemos que Jesucristo es nuestro único abogado, y así como el nos ha mandado el pedir a nuestro Padre en su nombre, y así como es legal para nosotros el orar excepto de acuerdo con el modelo que Dios nos ha dado por su palabra, que todas las imaginaciones de los hombres de referente a las intercesiones de los santos muertos son un abuso y un invento de Satanás para guiar a los hombres lejos de la correcta manera de adorar a Dios.

Además, consideramos el purgatorio como una ilusión que procede del mismo lugar de tiendas, del cual sale los votos monásticos, la prohibición del matrimonio, y de comer carne, la observancia ceremonial de días, y la confesión auricular, indulgencias, y otras cosas mas de las cuales ellos esperan hacer meritos para perdón de pecados y salvación. Estas cosas rechazamos, no solo por la falsa idea de merito el cual es adjunta a ello, pero también porque ellos son invenciones humanas imponiendo un yugo sobre las conciencias. (Philip Shaff, Los Credos del Cristianismo vol.3).

El proceso del pensamiento en la confesión Francesa, es iluminante, pues ilustra que el principio de regulativo de la adoración es solamente un producto de la Sola Scriptura, la regla de la teología Protestante.

El primer libro Escocés de Disciplina (1560) nota que la predicación del evangelio incluye “no solo las Escrituras del Nuevo Testamento, pero también la del Antiguo Testamento: la ley, los profetas e historia…los hombres, por leyes, concilios, o constituciones han impuesto sobre las conciencias de los hombres, sin el mandato expreso de la palabra de Dios, tales como los votos de castidad, juramentos de matrimonio, entregas a observaciones supersticiosas de días de ayunos, diferencia de comer carnes por motivos de conciencia, oraciones por los muertos, y el observar días santos de ciertos santos mandados por hombres, tales como los que han inventado los papistas como las fiestas de los apóstoles, mártires, vírgenes, de Navidad, Circuncisión, Epifanía, purificación, y otras fiestas de nuestra señora. Cosas que las Escrituras Dios no ha mandado, juzgamos que esas fiestas y tradiciones son abolidas de esta tierra, y afirmamos además, que los obstinados maestros de tales abominaciones no deberían escapar el castigo del magistrado civil. ("Explication of the First Head of Doctrine." Cited from The First and Second Books of Discipline [loose-leaf reprint; Dallas, Presbyterian Heritage, 1993], pp. 25-26.)

En 1562 otra documento valioso fue elaborado por Juan Calvino, la Confesión Francesa. Artículos 17 y 18 apunta a varios pasajes de escritura el cual nos advierte del peligro de servir a Dios por medios inventados por el hombre. Entre los pasajes citados están 1 Sam. 15:22; Sant. 4:12; Deut. 4:2; 12:32; Isaias 29:13; Mat, 15:9; Artículo 19 explica:

Ya que los hombres han abandonado la pura y santa obediencia a Dios, ellos han descubierto que las buenas intenciones eran suficientes para aprobar todas las cosas. Esto abrió las puertas a muchas supersticiones. Ha sido el origen de la adoración de las imágenes, el compro de misas, el llenar la iglesia con pompas y festivales y procesiones de peregrinos, el hacer votos cada uno de si mismo. Todas estas cosas están lejos de honrar a Dios por invenciones humanas, no habría firmeza, no seguridad, ni profundad en la religión, cada cosa se destruiría, y el Cristianismo no diferiría en nada de los idolatras de los paganos. (Calvino Tratados vol. 2)

El punto es realmente simple, y se resume en el catecismo de Heidelberg.
Pregunta 96 lee:  “¿Cuál es la voluntad de Dios en el segundo mandamiento? La respuesta es, “Que nosotros en ninguna manera hagamos una imagen de Dios ni le adoremos en una manera diferente de lo que El nos ha mandado en Su palabra.”


Los Reformadores enfatizaron que las innovaciones en la adoración son violaciones de la ley de Dios, eso se llama corrupción de la adoración de Dios. 

Caesar Arevalo

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