LA VERDAD

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domingo, junio 30, 2013

COMENTARIO DEL CATECISMO DE HEIDELBERG POR EL DR, ZACARIAS URSINO (6)



INTRODUCCION

En esta parte el Dr, Ursino expone y explica Mateo 22:37-40, y nos dice que el amar a Dios involucra todo nuestro, mente, alma y voluntad. Responde a dos  objeciones, y deja de manifiesto la enseñanza Reformada que la ley de Dios se resume en amar a Dios por sobre todas las cosas y de alli amar a nuestro prójimo:


Pregunta 4. ¿Qué requiere la ley de Dios de nosotros?

Respuesta. 

Cristo nos enseña en pocas palabras, (Mateo 22: 37, 40.) "Amarás a tu Señor Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el primero y más grande mandamiento, y el segundo es semejante a este amaras a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende Ley y los Profetas". 

EXPOSICIÓN.

Cristo enseña la sustancia de la ley en Mat. 22. 37 y en Lucas 10. 27, de Deut. 6. 5, y Levit. 19. 8. Él explica lo que se entiende por esa declaración: "Maldito el que no cumple con todas las palabras de esta ley para hacerlas,” es decir, el que no ama a Dios con todo su corazón, con toda su alma, con toda su mente, y con toda su fuerza, y al prójimo como a sí mismo. Estas partes deben ser  más completamente explicadas.

TU AMARAS AL SEÑOR TU DIOS. 

Amar a Dios con todo el corazón, es decir, en un tiempo de la confirmación de su infinita bondad, es reverentemente considerado como nuestro propio bien más elevado, amarlo supremamente, alegrarse y confiar sólo en él, y preferir su gloria a todas las demás cosas, que no puede estar en nosotros el menor pensamiento, la inclinación o deseo de algo que podría ser desagradable para él, sino más bien estar dispuesto a sufrir la pérdida de todas las cosas que pueden ser queridas para nosotros, o para soportar la pesada calamidad, que estar separados de la comunión con él, o ofenderlo en la cosa más pequeña y, por último, dirigir todo esto al final que solo él sea glorificado por nosotros. 

El Señor tu Dios. Como si quisiera decir: amarás a Dios quien es tu Señor y tu Dios, que se ha revelado a ti, quien confiere sus beneficios a ti, y en cuyo servicio tu estas vinculado. Hay aquí una oposición al verdadero Dios de dioses falsos. 

Con todo el corazón. Por el corazón tenemos que entender los afectos, deseos e inclinaciones. Cuando Dios, por lo tanto, requiere todo nuestro corazón, Él desea que él solo debiera ser amado por encima de todo, que todo nuestro corazón debiera quedarse en él, y no que una parte debería darse a Él. En otras palabras  él quiere que nada se iguale a Él, y mucho menos no se prefiera cualquier cosa que a él, o que compartamos solo una parte de su amor. Amar a Dios es lo que la Escritura llama "caminar delante de Dios con un corazón perfecto;" es todo lo opuesto de no caminar delante de Dios con un corazón perfecto, todo lo cual es parar  y no rendir toda la persona a él.

Objeción . Sólo Dios es el ser amado. Por lo tanto, nuestros vecinos, familiares y parentela no se deben amar. 

RESPUESTA: Este argumento es falso, porque procede de una negación de la manera en que se dice la misma cosa. Dios solo es para ser amado supremamente, y por encima de todo lo demás, es decir, de tal manera que pueda no haber nada en absoluto que podamos preferir o ponerlo en el mismo nivel, y que no estamos dispuestos a abandonarlo. Pero tenemos que amar a nuestros semejantes, familiares y otros, no supremamente, ni por encima de todo lo demás, ni de manera que podamos servir a Dios menos que nuestros padres, pero que tenemos que estar en subordinación a Dios y por causa de Dios, y no por encima de él. 

Con toda tu alma. El alma significa la parte que todo lo que quiere, junto con el ejercicio de la voluntad, como si quisiera decir: Amarás con tu entera voluntad y propósito. 

Con toda tu mente. La mente significa la comprensión, o lo que se percibe, como si quisiera decir que, por mucho que tú conoces de Dios es para que lo ames, que tu puedes rendir tus pensamientos para que conozcas a Dios verdadera y perfectamente, y así para que tú también le ames. Podemos amar a Dios sólo en la medida que lo conocemos. Nosotros le amamos ahora imperfectamente, porque lo conocemos sólo en parte. 

Pero en la vida futura le conoceremos perfectamente y por lo tanto, le amaremos perfectamente, porque "que todo lo que conocemos en parte, será quitado." (1 Cor. 13. 10.)

Con todo tu fuerza. Esto abarca todas las acciones y ejercicios, en el mismo tiempo, ambos, externa e internamente, para que esté de acuerdo con la ley de Dios.

Este es el primero y grande mandamiento. El amor de Dios es llamado el primer mandamiento porque todos los demás proceden de este como su fuente. Es causa impulsadora, eficiente y final de la obediencia de todos los otros mandamientos de Dios. Porque nosotros amamos a nuestro prójimo porque nosotros amamos a Dios, y nosotros manifestamos nuestro amor a Dios en el amor  con que apreciamos a nuestro prójimo.

Es llamado el mas grande mandamiento:

1. Porque el objeto sobre el cual es dirigido inmediatamente es el mas grande, el cual Dios mismo

2. Porque es el fina al cual los otros mandamientos miran, pues nuestra obediencia es diseñada para mostrar nuestro amor a Dios, y honrar su nombre.

3. Porque es la adoración principal de Dios. Los fariseos dieron mucha importancia  a la ley ceremonial y ritual por sobre la ley moral, mientras Cristo, en el otro lado, llama al amor el más grande mandamiento, y da precedencia sobre la ley moral y adoración, porque lo que había sido instituido bajo el sistema ceremonial fue en nombre del amor, y fue diseñado el dar un lugar a ello.

OBJECION

El amor de Dios es el mas grande mandamiento, por lo tanto, es mas grande que la fe, y de alli que el amor justifica en vez de la fe.

RESPUESTA. 

El amor aquí es para entenderse como la obediencia completa con el cual obedecemos a Dios, en la cual la fe está incluida, la cual justifica, no de si misma como una virtud, pero más bien correlativamente, en que aprende y se apropia de los meritos de Cristo. Pero el amor el cual es opuesto a la fe, no justifica, porque la aplicación la aplicación de la justicia de Cristo no es hecho de amor, pero por fe sola; claro que si el amor sale de la fe; pues la fe es la causa de todas las otras virtudes.


Del volumen:  "Comentario del Dr. Zacarias Ursino sobre el catecismo de Heidelberg"

Traduccion por Caesar Arevalo.

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