LA VERDAD

Este sitio es acerca la teología reformada tal como fue enseñada por los grandes e influyentes reformadores del siglo 16. El trabajo de ellos cambió la forma de ver el Cristianismo en términos de teología y liturgia. Fueron ellos que viendo la corrupción en la existente iglesia Católica desearon reformarla de acuerdo a Escritura, trayendo consigo la mas grande revolución religiosa y social que la historia de la iglesia haya sido testigo. Su legado sigue hoy en este siglo, y su influencia cambió Europa y dio nacimiento a los Estados Unidos de América.

domingo, julio 22, 2012

TRENTO Y LA REFORMA EN LA JUSTIFICACION


El Concilio de Trento fue un concilio ecuménico de la Iglesia Católica Romana desarrollado en periodos discontinuos durante 25 sesiones, entre el año 1545 y el 1563. Tuvo lugar en Trento, una ciudad del norte de la Italia actual, que entonces era una ciudad libre regida por un príncipe-obispo.
CONTEXTO HISTORICO
Desde 1518, los protestantes alemanes venían reclamando la convocatoria de un concilio alemán, y el emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico intentaba cerrar las diferencias entre católicos y reformistas para poder hacer frente a la amenaza turca. En la Dieta de Worms (1521) se intentó zanjar las disputas, pero sin éxito: Martín Lutero (a quien Carlos V permitió que fuera convocado a dicha Dieta) acusó a Roma de ejercer la tiranía, y el Emperador se comprometió por escrito a defender la fe católica incluso con las armas. En las Dietas posteriores, los príncipes alemanes, tanto protestantes como católicos, continuaron insistiendo en un concilio.

En vista de la situación hubo grandes presiones del emperador sobre el Papa Clemente VII para que lo convocara, a lo que éste se resistía. Al cabo de un tiempo, en 1529, Clemente VII se comprometió a ello, pero la oposición del legado papal en la Dieta de Augsburgo de 1530 retrasó de nuevo el proyecto. Sin embargo, el principal responsable de que no se llegara a convocar fue la férrea oposición del rey Francisco I de Francia, ya que para que el concilio tuviese éxito era necesaria la aprobación de la mayoría de los monarcas.

El espíritu e idea del concilio, fue plasmada por la gestión de los jesuitas, Diego Laínez, Alfonso Salmerón y Francisco Torres. 

La filosofía le fue inspirada por Cardillo de Villalpando y las normas prácticas, sobre sanciones de conductas, tuvieron como exponente principal al obispo de Granada, Pedro Guerrero.

Se impuso, en contra de la opinión protestante, la necesidad de la existencia mediadora de la iglesia, como Cuerpo de Cristo, para lograr la salvación del hombre, reafirmando la jerarquía eclesiástica, siendo el Papa la máxima autoridad de la iglesia. Se ordenó, como obligación de los párrocos, predicar los domingos y días de fiestas religiosas, e impartir catequesis a los niños. Además debían registrar los nacimientos, matrimonios y fallecimientos.

Reafirmaron la validez de los siete sacramentos, y la necesidad de la conjunción de la fe y las obras, sumadas a la influencia de la gracia divina, para lograr la salvación, restando crédito a Lutero que sostenía que el hombre se salva por la fe y no por las obras que realizase. También se opuso a la tesis de la predestinación de Calvino, quien aseguró que el hombre está predestinado a su salvación o condena. En refutación a esa idea, la iglesia sostuvo que el hombre puede realizar obras buenas ya que el pecado original no destruye la naturaleza humana, sino que solamente la daña.

Se reinstauró la práctica de la Inquisición que había surgido en el siglo XIII, para depurar a Francia de los herejes albigenses. Ya restablecida en España desde el año 1478, se propagó por varios países europeos bajo la denominación de Santo Oficio, que usó la tortura para obtener confesiones. Si ese método no daba los resultados esperados, de arrepentimiento del hereje, éste quedaba en manos del poder civil, que lo condenaba generalmente a la muerte en la hoguera. El protestantismo debió soportar la Inquisición en varios estados, pero fue principalmente efectivo en España, Italia y Portugal.

También se creó el Índice, en 1557, por el cual se estableció una censura contra la publicación de pensamientos que pudieran ser contrarios a la fe católica, y se quemaron muchos libros considerados heréticos.


LA JUSTIFICACION SEGÚN TRENTO

Ya que un análisis de cada uno de los temas desarrollados en Trento llevaría un metodo mas extenso de cada uno de las decisiones, trataremos hoy en una comparación teológica de la justificación entre Trento y las confesiones mas importantes de la Reforma Protestante. Empezaremos en la Seccion Seis, capítulos 3 al 8 del concilio de Trento.


El capitulo 3 empieza con la pregunta “Quienes se justifican por Jesucristo. A diferencia del concepto de los Reformadores de la imputación de la justicia de Cristo en el creyente, declarándole justo, Trento enfatiza que la “justicia de Cristo’ es conferida por el merito de Cristo y nos “hace justos”  (infusión).  Es interesante notar que Trento entiende la expiación de Cristo en forma universal pero aplicable solo a los que se “les comunica los meritos de la pasión de Cristo.”

CAP. IV ... Esta traslación, o tránsito no se puede lograr, después de promulgado el Evangelio, sin el bautismo, o sin el deseo de él”

El capitulo cuatro, se confirma la idea Católica que el traslado o transito del estado natural del hombre al estado de gracia es través del Bautismo o del deseo del hombre, afirmando la doctrina de que la "voluntad del hombre" (libre albedrio) caído es necesaria para “ser justo” ante Dios.

CAP. V… se dispongan por su gracia, que los excita y ayuda para convertirse a su propia justificación, “

En el capitulo cinco habla de la preparación del hombre para recibir la justificación discutida en capitulo 3. Trento especifica que la gracia de Dios les ayuda a recibir su “propia justificación.” Esto es, que el hombre, segun Trento, "coopera libremente a la misma gracia que Dios le da," esto se debe entender que la gracia de Dios es contingente con la capacidad del hombre de colaborar o cooperar con la gracia de Dios a fin de que obtenga el mismo su “propia justificación”—esto es lo que se llama la “gracia prevenida,” es decir que el hombre es “libre” de aceptar la invitacion de Dios a entrar en su “gracia” y ser asi hechos “justos” por nuestra propia decision.


CAP. VI. Modo de esta preparación.
Dispónense, pues, para la justificación, cuando movidos y ayudados por la gracia divina,"

El capítulo seis enseña la doctrina que la gracia ayuda al hombre para ser “justificado” ante Dios, ¿cómo trabaja esto?  Segun este capítulo la gracia de Dios es adquirida por el esfuerzo del hombre cuando este se arrepiente de sus pecados y comienza a amar a Dios, rechazar sus pecados y todo esto antes que sea bautizado, y como consecuencia, la gracia entonces es un proceso que debe de mantenerse por obras.  


El capitulo siete, Trento iguala la santificación y la renovación del hombre interior con la justificación como requisito de entrada a la “gracia de Dios” en forma “voluntaria, enfatizando y confirmando la decision del hombre en la recepción de la justificación.

 Las causas de la justificación según Trento son:

1.     La causa final es la Gloria de Dios y de Cristo y la vida Eterna.

2.      La causa eficiente es la misericordia de Dios que nos limpia, sella, y unge con el Espiritu Santo de la promesa que es la garantia de nuestra herencial.

3.     La causa meritoria es su unico y amado Hijo Jesús Cristo que es el merito para nuestra justificación en su muerte y así satisfacer lal justicia de Dios por nosotros.

4.     La causa instrumental es el sacramento del bautismo, siendo el instrumento el sacramento de la fe interesante notar que Trento dice que sin el sacramento de la fe en conjuncion con el sacramento del bautismo nadie ha sido alguna vez justificado. Y repite otra vez que recibimos la infusion de la justificación en nosotros “de acuerdo a nuestra cooperación y disposición.”

5.     La única causa formal es la justicia de Dios, no la misma justificación de Jesús, pero la cual que no es dada por Jesus, de acuerdo a la disposición y cooperación de cada uno.

En capítulo ocho, trata de explicar el concepto católico de justificación el cual dice que la fe es el principio de la salvación y el fundamento de la justificación sin la cual es imposible agradar a Dios.

En capitulo nueve, Trento afirma que la justificación es un acto diario con buenas obras: “para justificarse y santificarse, mediante la observancia de los mandamientos de Dios, y de la Iglesia, crecen en la misma santidad que por la gracia de Cristo han recibido, y cooperando la fe con las buenas obras, se justifican más;”

El Concilio de Trento interpreta la justificación como una infusion de la gracia de Dios en nosotros para que podamos cooperar con Dios en nuestra justificacion y en base a una vida de “buenas obras” podamos seguir justificandonos diariamente. Esta justificacion es una clase en que Dios nos hace justos con la justicia de Cristo que el hizo en la cruz del calvario.



LAS CONFESIONES PROTESTANTES

Veamos ahora la posición Protestante en cuanto a la justificación, utilizaré las seis confesiones que las diferentes denominaciones Reformadas mas se adhieren, estas son: las dos formas de unidad: La confesion Belgica de Fe (1561), el catecismo de Heideberg (1563), the second Helvetica Confesión, y la confesión de Westminster y los catecismos.:

LA CONFESION DE BELGICA DE LA FE:

Articulo 22

Sin embargo, no entendemos que sea la fe misma la que nos justificas, pues ella es solamente un medio por el cual abrazamos a Cristo, nuestra justicia. Mas Jesucristo, imputándonos todos sus méritos y las obras santas que El ha hecho por nosotros y en nuestro lugar, es nuestra justicia; y la fe es un instrumento que nos mantiene con El en la comunión de todos Sus bienes, los cuales, siendo hechos nuestros, nos son más que suficientes para la absolución de nuestros pecados.

Articulo 23

que la bienaventuranza del hombre es que Dios le imputa la justicia sin las obras. Y este mismo apóstol dice: siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús (Rom. 3 24).

 Como vemos en los articulos 22 y 23, la justificacion no viene de nuestra fe como el concilio de Trento lo estipula, sino que viene de la aplicacion de los meritos de Cristo en nuestro favor. Y esta justificacion no depende de las obras humanas sino que es gratuitamente por la gracia de Dios.

EL CATEQUISMO DE HEIDELBERG

El Catecismo de Heidelberg fue escrito en 1563 por dos jóvenes teólogos: uno que había sido alumno de Juan Calvino, y el otro que lo fue de Felipe Melanchton, el teólogo de Lutero. Los nombres de los autores son Zacarías Ursino y Gaspar Oleviano. Los catecismos que se hicieron después emplearon el Catecismo de Heidelberg como modelo. El Catecismo de Heidelberg consta de un total de 129 preguntas y respuestas.

60. Pregunta: ¿Cómo eres justo ante Dios?

Respuesta: Por la sola verdadera fe en Jesucristo (a), de tal forma que, aunque mi conciencia me acuse de haber pecado gravemente contra todos los mandamientos de Dios, no habiendo guardado jamás ninguno de ellos (b),y estando siempre inclinado a todo mal (c), sin merecimiento alguno mío (d), sólo por su gracia (e), Dios me imputa y da (f) la perfeca satisfacción (g), justicia y santidad de Cristo (h) como si no hubiera yo tenido, ni cometido algún pecado, antes bien como si yo mismo hubiera cumplido aquella obediencia que Cristo cumplió por mí (i), con tal que yo abrace estas gracias y beneficios con verdadera fe (j).

61. Pregunta: ¿Por qué afirmas ser justo sólo por la fe?

Respuesta: No porque agrade a Dios por la dignidad de mi fe, sino porque sólo la satisfacción, justicia y santidad de Cristo, son mi propia justicia delante de Dios (a), y que yo no puedo cumplir de otro modo que por la fe (b).

62. Pregunta: ¿Por qué no pueden justificarnos ante Dios las buenas obras, aunque sólo sea una parte?

Respuesta: Porque es necesario que aquella justicia, que ha de aparecer delante del uicio de Dios, sea perfectamente cumplida y de todo punto conforme a la Ley Divina (a); y nuestras buenas obras, aun las mejores en esta vida, son imperfectas y contaminadas de pecado (b).

 63. Pregunta: Luego, ¿Cómo es posible que nuestras obras no merezcan nada, si Dios promete remunerarlas en la vida presente y en la venidera?

Respuesta: Esta remuneración no se da por merecimiento, sino por gracia (a).
El  catequismo de Heidelberg confirma que la justificacion es por posible por la satisfaccion, justicia y santidad de Cristo y que lo apropiamos por el instrumento de la fe, la fe no es la fuente de la justificacion. En la justificacion nuestras obras no son tomadas en cuentas pues es por gracia.

LA SEGUNDA CONFESION HELVETICA- 1566

la confesion Helvetica fue escrita en su mayor parte por Heinrich Bullinger, en ella, se encuentra la doctrina de la justificacion en forma mejor desarrollada que expresa el caracter de la Reforma Protestante

Artículo 15
LA VERDADERA JUSTIFICACIÓN DE LOS CREYENTES

 ¿Qué significa «justificar»?

 En su doctrina sobre la justificación significa para el apóstol Pablo «justificar»; significa el  perdón de los pecados, indulto de culpa y castigo, ser aceptado por gracia y ser declarado justo. A los Romanos les escribe: «¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica» (Roma 8.33).

A causa de Cristo somos declarados justos.

Indudablemente, todos nosotros somos pecadores e impíos por naturaleza y ante el trono de Dios se demostrará nuestra injusticia y resultaremos condenados a muerte. Pero es igualmente indudable que ante Dios, nuestro juez, somos declarados justos solamente por la gracia de Cristo, o sea, indultados de pecados y de muerte, sin que valgan ni los méritos propios ni la calidad de la persona. Es imposible manifestarlo más claramente que el apóstol Pablo, cuando dice: «Pues todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, por la redención que es en Cristo Jesús» (Rom.3:23 y 24).

Justicia imputada

Porque Cristo tomó sobre sí los pecados del mundo y los ha borrado, satisfaciendo de esta manera la justicia divina. Únicamente por causa de Cristo, que ha padecido y resucitado. Dios mira misericordiosamente nuestros pecados y no nos los imputa. Por el contrario, nos imputa la justicia de Cristo como si fuera la nuestra propia: Así, no somos solamente lavados, purificados o santos, sino que también somos hombres que han recibido, además, la justicia de Cristo (2 Cor. 5:19 sgs.; Rom. 4:25). Por consiguiente, somos indultados de los pecados, la muerte y la condenación y somos justos y herederos de la vida eterna. En realidad, pues, sólo Dios nos declara justos y lo hace, por cierto, a causa de Cristo en tanto no nos imputa los pecados, sino la justicia de Cristo.

Justificación sólo por la fe.

 Dado que recibimos esa justificación no en virtud de estas o aquellas buenas obras, sino únicamente por lo fe en la misericordia de Dios y en Cristo, enseñamos y creemos juntamente con el apóstol que el hombre pecador es justificado sólo por la fe en Cristo, pero no por la Ley o por algunas obras. Pues el apóstol dice: «Así, llegamos a la conclusión de que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la Ley (Rom. 3:28). Aún más: «Si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse; pero no ante Dios. Porque ¿qué dice la Escritura?: Y creyó Abraham a Dios y le fue imputado como justicia... Mas al que no obra, pero cree en Aquél que justifica al impío, la fe le es contada por justicia» (Rom. 4:2; Gen. 15:6). Y a continuación: «Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no se debe a vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe» (Ef. 2:8 - 9).

Como vemos la  confesion Helvetica de 1556 es una de las mas completas que enfatiza la justificacion como la imputacion o aplicacion de la Justicia de Cristo en los elegidos por fe, sin las obras de la ley. Tambien es en esta confesion que Bullinger poner la justificacion dentro del contexto de la teologia federal o pactual.

LA CONFESION DE WESTMINSTER: 1647

La confesion de Westminster es la mas complete confesion Reformada que fue formulada 80 años despues que la confesion Helvetica, aqui se enfatiza la diferencia entre “infusion” ( concepto catolico) y la imputacion de la justicia de Cristo en los creyentes.

 CAPITULO 11: DE LA JUSTIFICACION

I. A los que Dios llama de una manera eficaz, también justifica gratuitamente, (1) no infundiendo justicia en ellos sino perdonándolos sus pecados, y contando y aceptando sus personas como justas; no por algo obrado en ellos o hecho por ellos, sino solamente por causa de Cristo; no por imputarles la fe misma, ni el acto de creer, ni alguna otra obediencia evangélica como su justicia, sino imputándoles la obediencia y satisfacción de Cristo (2) y ellos por la fe, le reciben y descansan en él y en su justicia. Esta fe no la tienen de ellos mismos. Es un donde e Dios. (3)

 La confesion de Westminster define la fe como el instrumento de justificacion y no la fuente de ella:

 II. La fe, que así recibe a Cristo y descansa en Él y en su justicia, es el único instrumento de justificación; (1) aunque no está sola en la persona justificada, sino que siempre va acompañada por todas las otras gracias salvadoras, y no es fe muerta, sino que obra por amor. (2) 

La justificacion es para los elegidos en Cristo Jesús cuando la justicia de Cristo se imputa a los elegidos por el Espiritu Santo a su debido tiempo:

IV. Desde la eternidad, Dios decretó justificar a todos los elegidos; (1) y en el cumplimiento del tiempo, Cristo murió por sus pecados, y resucitó para su justificación. (2) Sin embargo, ellos no son justificados sino hasta que Cristo les es realmente aplicado, por el Espíritu Santo, en el debido tiempo. 

 A diferencia de Trento, la justificacion de los creyentes bajo el Antiguo Testamento era una sola y la misma con la justificacion en el Nuevo Testamento.

3. "La justificación de los creyentes bajo el Antiguo Testamento era, en todos estos respectos, una y la misma con la justificación de los creyentes bajo el Nuevo Testamento"

 EL CATECISMO MAYOR DE WESTMINSTER 1643

P. 70. ¿Qué es la justificación?

R. La justificación es un acto de la libre gracia de Dios para con los pecadores, por el cual él perdona todos sus pecados, acepta y estima sus personas como justas a su vista, a) y esto no por alguna cosa hecha en ellos o por ellos, b) sino solamente por la obediencia perfecta y satisfacción plena que dio Cristo. que Dios les imputa, c) y que reciben por la fe únicamente. 

P. 71. ¿Cómo es la justificación un acto de la libre gracia de Dios?


R. Aunque Cristo, por su obediencia y muerte satisfizo propia, real y plenamente a la justicia de Dios en representación de los que son justificados, e) sin embargo. puesto que aceptó la satisfacción dada por un fiador, que podía haber demandado por ellos, y habiendo provisto a este mismo fiador, a su único Hijo, f) imputando la justicia de este a ellos g) sin exigir para su justificación mas que la fe, h) la cual también es un don, i) esta justificación por lo tanto es para ellos concedida por la libre gracia. 

P. 72. ¿Cómo es la fe que justifica?


R. La fe que justifica es una gracia salvadora, l) operada en el corazón del pecador por el Espíritu ll) y palabra de Dios, m) por la que aquél siendo convencido de su pecado y miseria, de la incapacidad en sí y en otras criaturas para libertarse de su estado de perdición, n) no solamente acepta la verdad de la promesa del evangelio, ñ) sino también recibe a Cristo y descansa en él y en su justicia ofrecida a él para perdón de pecado, o) y para la aceptación y estimación de su persona como justa delante de Dios para salvación. p)

P. 73. ¿Cómo justifica la fe a un pecador delante de Dios?


R. La fe justifica a un pecador delante de Dios no por causa de las otras gracias que la acompañan o por las buenas obras que son el fruto de ella, q) ni como si la gracia de la fe algún acto de ella fuese imputado para justificación, r) sino solamente como un instrumento por e1 cual el pecador recibe a Cristo y se aprovecha de éste y de su justicia.

LA CONFESION MENOR DE WESTMINSTER

 P. 33. ¿Qué es la justificación?


 R. La justificación es un acto de la libre gracia de Dios, por el cual él perdona todos nuestros pecados y nos acepta como justos delante de él: mas esto solamente en virtud de la justicia de Cristo, la cual nos es imputada, y que recibimos por la fe únicamente. Ef. 1:7; II Cor. 5:21; Ro. 3:24; 4:6; 5:18; Gálatas 2:16.

CONCLUSION

Trento fue una respuesta eclesiástica, politica y teológica al avanze de la Reforma Protestante. Roma  uso sus mejores teólogos, la mayoria Jesuita para contener la revolución  Protestante que sacudió Europa, no solo teologicamente, pero social y politicamente y hasta economicamente.

Como han podido ver, Roma entiende la justificación como un compromiso entre Dios y el hombre, y que la justificación es una infusion en el hombre que el creyente debe de apropiarlo por buenas obras, lease "cooperación." Trento considera la fe como el origen de la justificación entre otras causa delineadas.

Aunque Roma reconoce que la gracia juega un rol importante en la justificación y que esta es posible gracias al sacrificio meritorio de Cristo en la cruz, tambien añade que es “progresivo” en contingencia con las “obras” del cristiano: “la fe que obra en amor.”

Los reformadores, como hemos visto, afirman que la fe es solo un instrumento para para la salvación y que es al mismo tiempo un don de Dios. La justificación es pues, no una “infusion,” sin un acto de Dios en el cual el declara “justo” a sus elegidos  por el merito de Cristo en la cruz del calvario, y esto es por fe solamente y no por obras.

SOLI DEO GLORIA

Caesar Arevalo

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